En los niños, la mayoría de los tumores son el resultado de un problema de desarrollo. Los tumores benignos más comunes en ellos son el “quiste dermoide” y el “hemangioma capilar”, tumor benigno formado por pequeños vasos sanguíneos.. Los niños también sufren comúnmente de “celulitis orbitaria”, una afección que comienza con una sinusitis severa y que puede invadir luego la órbita, haciendo que el globo ocular salga hacia adelante. Esto no es un tumor pero puede producir una saliencia del ojo. Los tumores malignos en los niños son muy poco frecuentes, pero una masa de rápido crecimiento es una fuente de preocupación que debe ser estudiada rápidamente.